l fuego es un elemento esencial y natural en el funcionamiento de
numerosos ecosistemas forestales. Los seres humanos vienen utilizando
el fuego desde hace miles de años como instrumento de ordenación de la
tierra. El fuego es uno de los elementos naturales que ha influido en
las comunidades vegetales a lo largo del tiempo y como proceso natural
cumple una función importante para mantener la salud de determinados
ecosistemas. Sin embargo, en la última parte del siglo XX, la
modificación de la dinámica establecida entre la actuación humana y los
incendios y la mayor frecuencia del fenómeno El Niño han dado lugar a
una situación en la que los incendios son una amenaza importante para
muchos bosques y la diversidad que contienen. Los bosques pluviales
tropicales y los bosques nubosos, en los que no suelen producirse
grandes incendios, fueron devastados por incendios incontrolados durante
los años ochenta y noventa (FAO, 2001).
Aunque se ha estudiado el impacto ecológico de los incendios en los
ecosistemas forestales en los biomas boreal, templado y tropical, se ha
prestado mucha menos atención al impacto de los incendios sobre la
biodiversidad forestal, especialmente en los trópicos. Por ejemplo, de
los 36 proyectos sobre incendios forestales que se llevaron a cabo entre
1983 y 1998 o que están en curso de ejecución en Indonesia, un país con
una diversidad exuberante, con financiación de donantes, sólo uno
abordaba específicamente los efectos sobre la biodiversidad.
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