
Si bien las causas inmediatas que dan lugar a los incendios
forestales pueden ser muy variadas, en todos ellos se dan los mismos
presupuestos, esto es, la existencia de grandes masas de vegetación en
concurrencia con periodos más o menos prolongados de
sequía.
El calor solar provoca
deshidratación
en las plantas, que recuperan el agua perdida del sustrato. No
obstante, cuando la humedad del terreno desciende a un nivel inferior al
30 % las plantas son incapaces de obtener agua del suelo, con lo que se
van secando poco a poco. Este proceso provoca la emisión a la
atmósfera de
etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y altamente
combustible.
Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las plantas como el aire
que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de
incendio se multiplica. Y si a estas condiciones se suma la existencia
de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, la
posibilidad de que una simple chispa provoque un incendio se vuelven
significativa.
Por otro lado, al margen de que las condiciones físicas sean más o
menos favorecedoras de un incendio, hay que destacar que en la gran
mayoría de los casos no son causas naturales las que provocan el fuego,
sino la acción humana, ya sea de manera intencionada o no.
Las causas que originan un incendio forestal se agrupan pues en tres categorías principales:
1
La biodiversidad de la zona incendiada sufre cambios en su estructura y composición.
La fauna del lugar con menor movilidad padece el mayor impacto en un
primer momento. El resto de especies que ha sobrevivido refugiada en la
zona, o que ha conseguido huir y regresa, se enfrenta a un proceso de
regeneración muy difícil: las condiciones extremas posteriores provocan
graves daños en el ecosistema y la
cadena trófica. Las especies que escapan y se asientan en otras zonas alteran el equilibrio de su nuevo hogar.
En la actualidad, entre un 80% y un 90% son causados por el ser humano
Las especies vegetales de tipo leñoso son sustituidas por otras que
colonizan este hábitat. Las especies animales propias de estas zonas
boscosas dejan paso a otras adaptadas a espacios más abiertos. El tipo
de bosque generado tras un incendio (sobre todo matorrales) es idóneo
para aves como el escribano hortelano.
Además de perder parte de su hábitat, los bosques fragmentados por los
incendios generan problemas de conectividad. Los seres vivos ven
peligrar su reserva genética viable y su supervivencia a largo plazo.
- See more at: http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/naturaleza/2009/08/27/187605.php#sthash.nTcYm0lt.dpuf
La biodiversidad de la zona incendiada sufre cambios en su estructura y composición.
La fauna del lugar con menor movilidad padece el mayor impacto en un
primer momento. El resto de especies que ha sobrevivido refugiada en la
zona, o que ha conseguido huir y regresa, se enfrenta a un proceso de
regeneración muy difícil: las condiciones extremas posteriores provocan
graves daños en el ecosistema y la
cadena trófica. Las especies que escapan y se asientan en otras zonas alteran el equilibrio de su nuevo hogar.
En la actualidad, entre un 80% y un 90% son causados por el ser humano
Las especies vegetales de tipo leñoso son sustituidas por otras que
colonizan este hábitat. Las especies animales propias de estas zonas
boscosas dejan paso a otras adaptadas a espacios más abiertos. El tipo
de bosque generado tras un incendio (sobre todo matorrales) es idóneo
para aves como el escribano hortelano.
Además de perder parte de su hábitat, los bosques fragmentados por los
incendios generan problemas de conectividad. Los seres vivos ven
peligrar su reserva genética viable y su supervivencia a largo plazo.
- See more at: http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/naturaleza/2009/08/27/187605.php#sthash.nTcYm0lt.dpuf
La biodiversidad de la zona incendiada sufre cambios en su estructura y composición.
La fauna del lugar con menor movilidad padece el mayor impacto en un
primer momento. El resto de especies que ha sobrevivido refugiada en la
zona, o que ha conseguido huir y regresa, se enfrenta a un proceso de
regeneración muy difícil: las condiciones extremas posteriores provocan
graves daños en el ecosistema y la
cadena trófica. Las especies que escapan y se asientan en otras zonas alteran el equilibrio de su nuevo hogar.
En la actualidad, entre un 80% y un 90% son causados por el ser humano
Las especies vegetales de tipo leñoso son sustituidas por otras que
colonizan este hábitat. Las especies animales propias de estas zonas
boscosas dejan paso a otras adaptadas a espacios más abiertos. El tipo
de bosque generado tras un incendio (sobre todo matorrales) es idóneo
para aves como el escribano hortelano.
Además de perder parte de su hábitat, los bosques fragmentados por los
incendios generan problemas de conectividad. Los seres vivos ven
peligrar su reserva genética viable y su supervivencia a largo plazo.
- See more at: http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/naturaleza/2009/08/27/187605.php#sthash.nTcYm0lt.dpuf
La biodiversidad de la zona incendiada sufre cambios en su estructura y composición.
La fauna del lugar con menor movilidad padece el mayor impacto en un
primer momento. El resto de especies que ha sobrevivido refugiada en la
zona, o que ha conseguido huir y regresa, se enfrenta a un proceso de
regeneración muy difícil: las condiciones extremas posteriores provocan
graves daños en el ecosistema y la
cadena trófica. Las especies que escapan y se asientan en otras zonas alteran el equilibrio de su nuevo hogar.
En la actualidad, entre un 80% y un 90% son causados por el ser humano
Las especies vegetales de tipo leñoso son sustituidas por otras que
colonizan este hábitat. Las especies animales propias de estas zonas
boscosas dejan paso a otras adaptadas a espacios más abiertos. El tipo
de bosque generado tras un incendio (sobre todo matorrales) es idóneo
para aves como el escribano hortelano.
Además de perder parte de su hábitat, los bosques fragmentados por los
incendios generan problemas de conectividad. Los seres vivos ven
peligrar su reserva genética viable y su supervivencia a largo plazo.
- See more at: http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/naturaleza/2009/08/27/187605.php#sthash.nTcYm0lt.dpuf